Desarrollo inclusivo y sostenible
Nuestro compromiso está orientado por la inclusión y la sostenibilidad, que ocupan un lugar central dentro de las preocupaciones de nuestra Política de Cooperación para el Desarrollo. De tal manera esto, se concretiza en proyectos que aseguren: a) la dignidad de las personas, b) contribuciones a la reducción de las desigualdades, c) la mejora de la calidad de vida y garantía de una vida sana, d) una economía sólida e inclusiva, e) la protección de los ecosistemas y una gestión sostenible de los recursos naturales, f) la promoción de instituciones sólidas y transparentes.
Desarrollo social
Esta Estrategia pone al centro del desarrollo social, la reducción de brechas de desigualdad y contribuir a la reducción de las vulnerabilidades estructurales. Para esto, es esencial aportar a la conformación de políticas públicas que contribuyan a: a) al fomento de la cohesión social (protección social, salud, discapacidad, etc.), b) al logro de la justicia social y la reducción de la desigualdad en todas sus dimensiones, c) a la eliminación de todas las formas de discriminación (étnica, género, edad, religión, educación, etc.), y d) a la inclusión de los sectores más vulnerables para el disfrute efectivo y duradero de sus derechos (pueblos indígenas, niños/as y mujeres de grupos o territorios más desfavorecidos, minorías sexuales, migrantes).
Agricultura y seguridad alimentaria
El desafío principal es aumentar significativamente el acceso a los alimentos para los sectores vulnerables más expuestos a las crisis alimentarias o a alzas repentinas de los productos agroalimentarios. De allí que la agricultura es un área estratégica para: a) aumentar la disponibilidad de alimentos y su diversidad, b) combatir la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad, c) promover la participación de pequeños y medianos productores en las cadenas de valor incentivando la incorporación de estándares de calidad, sostenibilidad e inclusión; y d) asegurar acceso a mercados y promover el comercio intrarregional. Todo esto se traducirá en iniciativas para fortalecer la agricultura familiar y el comercio intrarregional.
Medioambiente, recursos naturales y energía
América Latina y el Caribe tienen uno de los ecosistemas más ricos y diversos del mundo. La región se enfrenta al desafío de armonizar las necesidades de crecimiento con los requerimientos de una administración y protección adecuada del entorno natural y sus recursos naturales. Con el objeto de avanzar hacia un desarrollo sostenible, haciendo frente a las amenazas medioambientales, contribuyendo a la construcción de bienes públicos regionales y globales.
La dimensión ambiental está presente transversalmente en toda la agenda de desarrollo sostenible. Esta Estrategia, atendiendo a su importancia, define medioambiente y energía como un área temática en sí misma para la Cooperación Chilena. Por tanto, el fortalecimiento de las instituciones nacionales de los países de la región en sus capacidades para tomar decisiones y realizar diagnósticos acertados resulta clave para diseñar e implementar políticas que hagan frente a los siguientes desafíos: a) el cambio climático y el uso sostenible del suelo, b) el uso sostenible de las energías renovables en la matriz energética y, c) el uso sostenible del agua y acceso al saneamiento.
Cooperación económica para el desarrollo
Existen numerosos acuerdos bilaterales y regionales que propician la integración económica regional, el comercio y la innovación. Se debe aprovechar el dinamismo de éstos para introducir normas que favorezcan el desarrollo sostenible, que faciliten la participación y la inclusión de los sectores vulnerables en las estrategias nacionales de desarrollo, mediante la asistencia técnica relacionada con el desarrollo económico inclusivo y sostenible, el comercio, el fomento productivo, y la agregación de valor y el desarrollo de capacidades en éstas áreas.
Desarrollo territorial y local
La Política Exterior de Chile y el Programa de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet priorizan la descentralización como un logro colectivo a construir entre el gobierno central y las regiones, y la valorización de los territorios. En ese contexto, y dado que las desigualdades territoriales son un desafío también para la región y el mundo, la AGCID tiene dentro de sus prioridades para los próximos años el fortalecimiento de la Cooperación Descentralizada como mecanismo para promover el desarrollo regional y local con experiencias de otros países.
Como parte de la política exterior de Chile, la Cooperación Descentralizada debe ser focalizada en los países vecinos, promoviendo la integración transfronteriza. Asimismo, AGCID fomentará el desarrollo de programas de cooperación con países que tienen amplia trayectoria y experiencia en esta línea.
Prevención de Desastres
Esta línea de acción se articula en torno al Programa de Formación para la Reducción de Riesgos ante Desastres en países de América Latina y el Caribe, con entidades públicas y académicas, con lo que Chile avanza y comparte estas capacidades a la región.