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Enrique O’Farrill Director Ejecutivo Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo

33 años gestionando cooperación internacional

La institucionalización de la cooperación, a través de la creación de la AGCID, en julio de 1990, permitió gestionar y articular los recursos provenientes de la cooperación internacional y enfocarlos hacia las áreas prioritarias para el desarrollo nacional. Su acción contribuyó a suplir necesidades y brechas que presentaba Chile en los ‘90, como la superación de la pobreza, por lo que se consideraron programas en vivienda, salud y educación; infraestructura y modernización del Estado.

Entre los primeros aportes destaca el Parque de los Reyes por parte de España en 1990; la construcción del Terminal Pesquero de la Región Metropolitana, gracias a Japón en 1994; tecnología y conocimientos para el cuidado del medioambiente y la contaminación ambiental, por parte de Suiza; el apoyo a la Reforma del Sistema Judicial Chileno en 1996, de países como España, Francia y Alemania, entre muchos otros.

Cabe relevar también el rol de Chile como cooperante, que se inició en 1993 y que se ha fortalecido con el paso de los años, llegando a convertirse en uno de los pilares de nuestra política exterior. Destaca la labor realizada en favor del desarrollo de América Latina y el Caribe, alcanzando incluso regiones de Asia y África. Es así, como en estas más de tres décadas, hemos ejecutado proyectos a través de nuestro Programa de Cooperación Horizontal, como la reconstrucción de la Escuela República de Chile en Haití, que se derrumbó tras el terremoto que azotó a la isla en 2010. Y mediante nuestro Programa de Formación de Capital Humano, hemos otorgado becas a más de 6 mil profesionales y jóvenes de más de 60 países, principalmente de la región. Y también a través de la cooperación triangular, en la que Chile ha tenido un rol activo proyectando sus capacidades a terceros países, junto a otros socios.

Por otro lado, en 2017 tuvimos que enfrentar la graduación de Chile por parte del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, lo que nos impide continuar contando con asistencia técnica, financiamiento para el desarrollo y formación de capital humano de países más desarrollados. Si bien la graduación ha significado un desafío, nos ha situado en una nueva etapa orientada en la búsqueda de nuevas estrategias de financiamiento.

Así han surgido mecanismos innovadores de cooperación como el Fondo Chile, que hasta la fecha ha ejecutado 82 proyectos, en más de 30 países, con la participación de 60 organismos de la sociedad civil e instituciones de gobierno, con un aporte de más de US$ 12 millones. También, con el Fondo Chile-México, hemos desarrollado más de 150 proyectos beneficiando a ambos países, con US$ 29 millones aportados por partes iguales. Además, el Fondo Mixto de Cooperación Triangular Chile-España, este 2023 inicia una nueva fase que abordará temáticas en niñez, educación, deporte, entre otras. Y mediante el Fondo Bilateral para el Desarrollo en Transición Chile – Unión Europea, firmado en 2019, cuya finalidad es apoyar el proceso de transición de Chile hacia el desarrollo sostenible, hemos ejecutado iniciativas para apoyar técnicamente el desarrollo de condiciones para el crecimiento de la industria del Hidrógeno verde en Chile y apoyar la recuperación económica del sector dedicado al turismo de cuatro regiones del país tras los efectos de la crisis sanitaria.

Estamos cumpliendo estos 33 años viendo los estragos causados por una pandemia que hizo más evidentes las vulnerabilidades que afectan a las distintas comunidades de nuestra región. En este contexto, la cooperación internacional debe contribuir mediante esfuerzos solidarios y multilaterales; y creemos que Chile tiene una obligación de liderazgo en dicho proceso, al contar una de las agencias más experimentadas.

Estamos seguros que en estos tiempos, la cooperación internacional se hace cada vez más fundamental, e imposible de abordarla de manera aislada. Ahora más que nunca, nos necesitamos como región. En América Latina y el Caribe nadie es demasiado pequeño para dejar de cooperar, ni nadie es demasiado grande como para no necesitar cooperación.

Enrique O’Farrill
Director Ejecutivo
Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo

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