La cooperación sur-sur, triangular e intrarregional, en particular entre países en vías de desarrollo, requiere cada vez más de evidencia para desarrollar proyectos exitosos e intercambio de conocimiento para generar buenas prácticas.
En esta búsqueda, los países de ingresos bajos y medios han logrado adquirir una batería de conocimientos, experiencias y capacidades sobre cooperación. Esto se traduce en políticas públicas demandadas, proyectos innovadores y profesionales con el deseo de aprender y compartir cada vez más sus experiencias. Permitiendo el desarrollo de asociaciones, foros y fondos para intercambiar lecciones aprendidas y conocimientos adquiridos con el fin de sostener mejores resultados en materia de desarrollo.
Este intercambio de conocimiento, bajo la modalidad sur-sur como una herramienta para fortalecer las capacidades institucionales, requiere de una acumulación de evidencia empírica y su análisis para ser efectiva. De este modo, instituciones como la SEGIB, OEA, OCDE a través del Grupo de Trabajo sobre Cooperación Sur-Sur (GT-CSS) y la misma agencia mediante su proyecto AGCI- PNUD de cooperación sur-sur, se han avocado a reunir esta evidencia de gran utilidad para examinar los desafíos y oportunidades de la práctica actual de la cooperación sur-sur y generar así un banco de proyectos.